La "enfin", nuestra querida tía María
Los recuerdos de Juanjo Nosotros tuvimos la suerte de tener cuatro abuelas, y no es que mis padres se hubieran separado y “recasado”, simplemente porque la vida nos premió con ese doblete. Nuestras abuelas fueron: La abuelita Concha , que se ponía años para que le dijesen que parecía más joven. Estaba cargada de enfermedades y presumía de rebosar salud y se paseaba con su traje de chaqueta y sus taconazos a los ochenta y cinco años. La abuelita Carmen “La Tita” , que se hacía llamar así para disimular su “abuelez”, se quitaba años hasta en el carné de identidad, tanto es así que murió con 100 y en su documentación salían unos cuantos años menos. Estaba sana como una manzana y presumía de tener todas las enfermedades del vademécum de medicina y a pesar de comer como una lima nueva, nunca tenía apetito. La tía Tere , que desde que enviudo en la guerra vivió con los “Titos” era la tercera abuela y fue la mejor cocinera y la mujer más buena y generosa que recuerdo, no puedo olv