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La "enfin", nuestra querida tía María

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  Los recuerdos de Juanjo Nosotros tuvimos la suerte de tener cuatro abuelas, y no es que mis padres se hubieran separado y “recasado”, simplemente porque la vida nos premió con ese doblete. Nuestras abuelas fueron: La abuelita Concha , que se ponía años para que le dijesen que parecía más joven. Estaba cargada de enfermedades y presumía de rebosar salud y se paseaba con su traje de chaqueta y sus taconazos a los ochenta y cinco años. La abuelita Carmen “La Tita” , que se hacía llamar así para disimular su “abuelez”, se quitaba años hasta en el carné de identidad, tanto es así que murió con 100 y en su documentación salían unos cuantos años menos. Estaba sana como una manzana y presumía de tener todas las enfermedades del vademécum de medicina y a pesar de comer como una lima nueva, nunca tenía apetito. La tía Tere , que desde que enviudo en la guerra vivió con los “Titos” era la tercera abuela y fue la mejor cocinera y la mujer más buena y generosa que recuerdo, no puedo olv

EL MONTSENY, AVENTURA ASEGURADA

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  “No sé qué daría por tener entres mis manos aquel plano del Montseny de la editorial alpina que de tanto usar se fue despedazando y Joaquín lo reforzó por detrás con cinta de manillar de bicicleta que era como esparadrapo de color rojo, aquella cinta le daba una rigidez y personalidad impresionante. Aquel plano fue la puerta de muchas aventuras”. EL MONTSENY, AVENTURA ASEGURADA Aunque nacimos en el barrio de “Viviendas de SEAT” pronto nos trasladamos a las “Vivienda de la Elizalde”. Pasamos de una fábrica de coches a una de aviones, íbamos prosperando. En realidad, aquel conjunto de bloques nuevos súper modernos eran conocidos como los bloques de la caja de Barcelona, promotora y arrendadora de aquellos pisos. Para poder ser inquilino debías estar abalado por dos de estos supuestos: por un militar de rango (coronel para arriba), un clérigo de rango (obispo para arriba) o un miembro de la cúpula del sindicato Vertical, que seguro

CORBERA MON AMOUR

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  Vista de Corbera la que era “Plaza España” ahora del “Milenari” Corbera fue nuestro pueblo de veraneo, un lugar maravilloso que conocimos en el mejor momento,  Corbera era un símbolo de libertad. Todo el día lo pasábamos en la calle, siempre había cosas que hacer. En la época de la “Casa de la Era” la vida era sencilla, piscina día si día no, bici día si día no ¹*, clases de latín, francés y mates, día si día no... Juanjo bajando por el circuito de ciclicross de “Las Cuevas”   Pero si creéis que por lo de día si día no la vida allí era monótona, de eso nada. Empezaba el verano por San Juan con los volcanes, unos montículos de arena que llenábamos de petardos y toda clase de combustibles esperando una catástrofe que nos diese de que hablar el resto del verano,   después seguíamos con la caza de “chicharras” unos insectos monstruosos con aspecto de mosca gigante, que cantaban sin parar; que creo que es una plaga que al parecer aparece cada 16 años. Bueno pues después de cazarlas,